6 de junio de 2014

Día del periodista- 7 de junio


En este día recordamos a una persona querida del Instituto, Pedro L. Armano, un verdadero apasionado por la escritura y los libros. Enseñaba en el Grafotécnico la materia “Técnicas periodísticas”.
Los invitamos a leer uno de sus escritos:

POSTALES
Por Pedro L. Armano


Cómo surgió Postales. Un día, enojado por algo que sucedió en la Argentina -no tengo presente qué, pero es lo mismo porque existen muchas cosas-, dije: “debería haber nacido en Bélgica”. Recordé a un amigo que viaja con frecuencia a ese país y le solicité me trajera una postal. (El doctor Horacio O. Vicente fue 2do. Premio, en la categoría Ensayo del diario La Nación, 1987, por Greta o la realidad irreal en la obra de arte). De regreso, me comentó que por toda la ciudad no había podido conseguir ninguna que respondiera a mis inquietudes, pero en el aeropuerto, mientras se dirigía a embarcarse, vio en un kiosco la postal de la Galeries Saint Huber, que muestra el bar donde desayuna y lee el diario o algún libro, cuando está allá. Tal el entusiasmo, que adquirió dos: una para cada uno.
Es probable que después me hubiese arrepentido de la enfadada expresión, pues el criterio de Ernesto Sabato sobre Suiza, en este caso, hubiese prevalecido. Es un país magnífico, que 
funciona como un reloj, pero nunca tuvo un Renacimiento
.
La situación descrita produjo en mí un pensamiento que podría denominar renovado, pues lo primero que especulé fue en cambiar mi manera de redactar, incluso influenciado por la escritura digital y las lecturas rápidas de los que consumen informaciones. Además, me hice eco de las palabras de Arturo Pérez-Reverte sobre su columna semanal, en una revista española: “Unos domingos me divierto horrores, otros me desahogo, y otros digo en voz alta, o lo intento, lo que algunos no tienen medios para decir”.
A partir de esa experiencia, decidí cortar con lo periodístico tradicional. Sí, de lo que estoy convencido -y caigo en un lugar común- es de lo que escribí una vez, hace tiempo,… La sospecha de que el famoso dicho el periodista es una persona que sabe de todo y no sabe de nada, -o el más extendido ‘un océano de conocimientos con un metro de profundidad’-,ronde en la cabeza de muchos no invalida la vocación, si la labor se efectúa con conciencia y responsabilidad. (Como base prioritaria, informarse de lo que sucede, desde lo complejo hasta lo más banal; adquirir un preciso manejo del lenguaje; aceptar cierto reconocimiento hacia los estímulos mentales; enriquecer el acervo cultural y tener una manifiesta necesidad de compartir. Relacionando los estadios enunciados, se logra el punto de partida. Lo que sigue es trabajo continuo).
Entonces me cuestioné. Antes de que me alcance el viejo alemán, no precisamente Sigmund Freud, quiero ser yo y mi subjetividad, sin abandonar las reglas éticas del cuarto poder. Olvidarme de la tercera persona, de evitar el yo ‘mayéstico’, y dejar translucir inclusive en algunos casos mi sentimiento. Quiero abandonar el concepto de ser un periodista descriptivo, calificación que me había impuesto en su momento. En fin, denotar que la vida va pasando por mi lado y no parecer indiferente. 
Se encontrarán, a partir de ahora, con este nuevo -para mí- esquema redaccional que, sin faltar a lo noticioso, responda al sentir de un ciudadano y sujeto proclive a la comunicación.
El compromiso: alrededor de 500 palabras.

Agradecemos al Prof. Sergio Dalbessio por hacernos llegar el escrito y la información, si quieren leer más notas de Pedro pueden visitar  http://puntosdevista-puntosdevista.blogspot.com.ar/ 

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