La visita al Museo del Holocausto, desde la
asignatura Catequesis, nos permite conjugar dos elementos: la historia y la
memoria. Ellas son esenciales para volver sobre nuestros pasos, confirmando los
aciertos y revisando los errores cometidos.
Como educadores, apasionados por la
humanidad, trabajamos para impregnar la vida de los niños, adolescentes y jóvenes
de valores que puedan vivir comprometidamente durante su existencia.
En el proceso mutuo de enseñanza-aprendizaje,
además de conocimientos, es necesaria la formación ética que parte de los
testimonios de vida y después podemos leerlas en los libros y hacerlas
prácticas en nuestra vida cotidiana.
Transcribimos algunas respuestas –de los
chicos y chicas- a la siguiente pregunta:
¿Qué sensación –lo que sentiste en tu interior, en tu
corazón- y qué enseñanza te ha dejado a vos la visita al Museo del Holocausto?
Nos
dejó una fuerte impresión saber lo que el hombre pudo llegar a hacer en esos
momentos. Saber lo que pasó, nos ayuda a impedir que se repita, porque al fin y
al cabo todos somos diferentes y nadie merece ser tratado con inferioridad uno
que el otro. Reflexionar juntos sobre lo sucedido nos ayudará a ser consientes
de lo que sucedió fue un acto total de discriminación y racismo, y poder evitar
que esto ocurra nuevamente.
Sentimos
que fue una gran experiencia poder conocer la historia, para entender lo
sucedido y evitar que vuelva a pasar. Nos permitió ponernos en el lugar de
aquellas personas para entender su sufrimiento y entender cómo se sentía estar
aislado y ser discriminado por personas que, en realidad, son iguales a vos,
pero con distinta ideología.
La enseñanza que nos dejo el Museo del
Holocausto es que los alemanes lo que hicieron estuvo completamente mal que
nunca se tiene que hacer eso que no hay que actuar de esa forma. Hay que
aceptar a la gente como sea, no porque sea diferente o tengan religión distinta
tenés que tratar a la persona como lo hicieron los alemanes a los judíos.
Porque todos somos personas y seres humanos y todos somos diferentes. Y lo
primero es usar el DIALOGO, porque con eso se arregla todo, o al menos se
intenta arreglar sin utilizar armas o acceder a la violencia. Estaría bueno que
todos pensemos el camino positivo de esto, y no tengamos que influir en el
maltrato o en lo que nos hace daño.
La
visita al Museo del Holocausto nos impresionó mucho ya que no podíamos creer
los daños que hacían a toda clase de persona solamente por una ideología, esto
nos deja la enseñanza de hacer memoria para que no vuelva a ocurrir en el
futuro, a no tener un estereotipo de persona, a no juzgarlas solamente porque
tienen una religión o un color de piel diferente.
Nos enseñó que hay
que aceptar a las otras personas por más que tengan rasgos distintos, piensen
distinto o tengan una distinta religión. Lo bueno sería que reflexionemos sobre
lo que paso para jamás se repita. Nadie debe ser tratado como los trataron a
los judíos. Además que tampoco haya guerras porque esto genera destrucción y
muertes, generando pobreza.
Sinceramente en el museo observamos distintos hechos
que captaron nuestra atención y hechos que realmente nos hicieron reflexionar.
Las historias que escuchamos sobre los tratados que tenían los nazi sobre los judíos fue realmente impactante ya que cada vez, con el paso el paso del tiempo, los nazi prohibían y le sacaban más derechos a los judíos. Gracias a la manera que interpretamos las cosas, esperamos que en un futuro no se repita lo ocurrido en esos tiempos.
Las historias que escuchamos sobre los tratados que tenían los nazi sobre los judíos fue realmente impactante ya que cada vez, con el paso el paso del tiempo, los nazi prohibían y le sacaban más derechos a los judíos. Gracias a la manera que interpretamos las cosas, esperamos que en un futuro no se repita lo ocurrido en esos tiempos.
Nos
causo tristeza, frustración y enojo al saber que los alemanes hayan causado tal
masacre solo por una ideología que no tenía mucho sentido y por la economía en
ese momento. Creemos que fue una acción racista y vulgar, ya que excluían a
todos los que no sean un ideal de persona especifico. También nos causó
esperanza al saber que personas del mismo país o de otros ayudaron a los judíos
para poder parar la masacre.
Dolorosamente
la primera sensación que te regala la visita es la gratitud, todo el que sale
del museo debe sentirse agradecido por vivir ésta época notablemente mejor en
el enfoque de la discriminación. Con la primera explicación que dio la guía
quedó en nosotros ese sentimiento.
Para
nosotras lo que más no impactó del video, sobre el testimonio de David Galante
fue cuando llegaron al campo de concentración y los forman y los van
seleccionando, a los que conservaban para que trabajen y a los otros los
mataban.
Apenas salimos del museo,
algunos nos pusimos a llorar. Algunos solo se sentían tristes. Pero todos nos
sentimos terribles por la pérdida de millones de personas por una causa injusta
como fue el Holocausto/ Shoá. Nos gusto saber lo que paso para que no se vuelva
a repetir, para poder evitarlo. Nosotras nos sentimos personalmente mal porque
si bien no pasamos por ello (ni habíamos nacido) pudimos “sentir” el
sufrimiento de las millones de personas que vieron morir a su familia
injustamente.
Nosotros sentimos
tristeza por la vida que injustamente pasaron nuestros hermanos judíos, que son
personas normales y corrientes que no tuvieron que pasarla como lo pasaron en
esos tiempos. Sentimos mucha pena cuando nos contaron como los mataban en los campos
de concentración y como los excluyeron socialmente cuando los llevaron a los
ghettos. Aprendimos que todas las personas son iguales y que no tiene él porque
ninguno de sufrir así, que la guerra no sirve para nada y a no desvalorizar la
vida de nadie.
En la visita, todo el grupo coincidió en una única
sensación, la impotencia. Impotencia de saber la cantidad de gente que murió en
aquellos trágicos sucesos ocurridos durante la II Guerra Mundial, pero más que
nada impotencia porque no se pudo hacer nada, porque no hubo gobiernos que
pudieran hacerle frente a esos desequilibrados, que su único objetivo era el de
exterminar una raza que no le practicaba el mal a nadie, y a esas muertes
semitas se le suman aquellas que intentaron enfrentar a los alemanes y que lo
hicieron con poco éxito.
Agregamos dos testimonios personales:
Al momento de llegar al museo, sentí algo
dentro mío que me hizo saber que la
visita iba a ser interesante. Dentro, pude comprender cosas acerca de la
Alemania nazi y de la situación de los judíos en Europa que no sabía. Al ver
las imágenes de la vida de los judíos y como eran maltratados, me causó un gran
impacto; más aún al ver los cuerpos apilados dentro de los campos de
concentración. Creo que deberíamos imponernos en contra de alguien o algunos
que intenten revivir estos horribles recuerdos que quedaron grabados en las
mentes de todas las personas, de lo contrario, habría otra exterminación masiva
de la que nos arrepentiríamos durante mucho tiempo.
Lo que sentí yo al ir al Museo
del Holocausto y saber cómo se trataba a la gente en ese momento fue algo muy
raro, no podía entender como personas que se creían superiores a otras (los
nazis) tenían que discriminarlas por su religión, abusarse de ellas y de sus
derechos. Me asombraba la manera de cómo se los castigaba sin sentido alguno y
que los maltraten como los maltrataban, golpeándolos, matándolos, invadiendo su
propia casa y terminar llevándose cosas que nos les pertenecían. Tampoco podía
entender como los judíos no se defendían a semejante maltrato.
La enseñanza que me dejó la
visita fue que no hay que discriminar a las otras personas, tratarlas como
seres inferiores a vos y tampoco usar la violencia para querer imponer poder.
0 comentarios:
Publicar un comentario