Queremos compartir nuestra
experiencia de retiro de los días 13 y 14 de setiembre.
Los días viernes
y sábado un grupo de 34 chicas y chicos de 4º y 5to año estuvimos “haciendo
experiencia de vida fraterna” en lo que llamamos: retiro.
Los de 4to como una parte más en el proceso de
preparación para el Sacramento de la Confirmación y los de 5to como un paso más
en nuestra vida en el camino de ser futuros egresados del ISC.
Luego de
encontrarnos, conocernos y reconocernos nos dividimos en dos comunidades. En
esos pequeños grupos comenzamos a arar la tierra de nuestra vida y partimos de
la pregunta: ¿quién soy; quién voy
siendo?, nos miramos en el power point dónde nos vimos en fotos cuando
éramos chicos y cómo somos en la actualidad. Después de diversas dinámicas,
tiempos y espacios de reflexión personal y de compartir entre nosotros, nos fuimos
dando cuenta de nuestra originalidad y
de que nos vamos descubriendo y vamos desplegando esos dones que
tenemos con entusiasmo. Hay momentos cotidianos donde se mezclan las alegrías y las tristezas y eso nos
genera nuevas preguntas que nos ponen en situación de crisis para recomenzar nuevamente. Ese crecimiento en ciclos nos permite ir construyendo nuestra persona y
nuestras relación con los otros/as.
Luego de
almorzar, guitarrear y jugar, nos
reunimos nuevamente. Con lecturas,
escuchas de diversos momentos de la vida de Jesús y el trabajo compartido entre
nosotros, caímos en la cuenta de que Jesús no sabía todo de antemano, Él
también tuvo que pasar por los ciclos. Entusiasmo-Tiempos de cierta
estabilidad-Confusión-Crisis y desplegar un nuevo ciclo; como todos los seres
humanos Jesús también se fue descubriendo y desplegando.
Matizamos con un
breve recreo, algunos juegos de salón y nos encontramos luego de cenar para
celebrar todo aquello que vivimos durante el día. El silencio, la música, los
diálogos de corazón a corazón, nos fueron acercando a pensar y vivir que cada
uno de nosotros tenemos nuestra propia luz,
nuestra originalidad y que esa esencia, ese soplo, ese fuego de Dios es aquel
al cual estamos invitados a descubrir diariamente y a desplegar con todas
sus potencialidades en nuestra familia, con nuestros amigos y compañeros, en
los diferentes ámbitos de la sociedad donde debemos interactuar.
Oramos por las
personas significativas e importantes de nuestra vida; le pedimos a Jesús por
nuestras familiares y amigos que ya están en su presencia; nos abrazamos y
rezamos juntos la oración que nos hace común-unión con la madre Tierra, con los
sufrientes y nos hermana a cada uno de nosotros.
A la noche
estuvimos guitarreando un buen rato, después nos fuimos a dormir. El sábado,
luego de un sabroso desayuno, nos pusimos nuevamente manos a la obra.
Hicimos síntesis
de lo que habíamos vivido el día viernes, y cada uno fue escribiendo en un
papel los dones que descubrimos del otro/a. Al final leímos lo escrito por
nuestros amigos y compañeros, con la sorpresa de cartas de nuestra familia.
Terminamos dándonos un abrazo y bendiciéndonos entre nosotros. Celebramos
la Eucaristía junto a nuestros familiares y nos regalamos un espacio
para agradecer-nos mutuamente.
El almuerzo fue
compartido con la certeza que tenemos de seguir trabajando para descubrir-nos
todos los días y desplegar-nos para el servicio a los empobrecidos, el cuidado
de la tierra y la construcción de la fraternidad entre nosotros.
Nos acompañaron
en esta experiencia Omar y Florencia, nuestros catequistas de confirmación, que
junto al Padre Carlos c.p. y los Catequistas Pablo y Sergio fueron los
facilitadores para que este espacio que llamamos Retiro se convierta en DESCUBRIR-SE Y DESPLEGAR-SE COMO PERSONA
PARA VIVIR CON PASIÓN EL SERVICIO A LOS HERMANOS Y EL CUIDADO DE LA TIERRA COMO
LO VIVIÓ JESÚS.
(Texto e imágenes de Sergio Dalbessio)
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