“Cuando el sol se va ocultando, y se
muere lentamente,
cruza un alma doliente en el atardecer.
¡Ay, Señor! ¡Cuánta amargura y dolor!
Plegaria (E. Bianco. “El tango de
la muerte” Rescatado por Paul Celan, poeta sobreviviente)
Hemos
realizado, junto a los alumnos/as de 2do año A-B-C en la materia Catequesis,
una visita guiada al Museo del Holocausto, que se encuentra en nuestra ciudad
de Buenos Aires (www.museodelholocausto.org.ar).
En estos momentos en el Museo se
exponen las fotos de la muestra titulada: “Un
día en el Ghetto de Varsovia. Regalo de Cumpleaños”.
Dichas fotos fueron obtenidas por un oficial nazi que cuidaba el Ghetto de
Varsovia. En el día de su cumpleaños se paseó por dicho lugar retratando
imágenes de lo que sucedía en ese barrio cerrado que obraba como prisión para
los numerosos judíos que habitaban en esa ciudad de Polonia. Guardó el rollo y
poco antes de morir las entregó a una revista autorizando a su publicación el día
que el muriera, así se hizo.
Todas las fotos tienen
su historia y producen un enorme impacto en aquellos que las observamos
detenidamente. En mi caso todas me conmocionaron, pero recalé en la siguiente
foto:
Un hombre, en medio
del dolor y de la muerte, prisionero, alejado de su lugar de origen, de sus pertenencias.
Sin embargo a pesar de su tragedia, está ahí sentado junto a un niño y tiene su
violín. Me imaginé la música que podía sacar de su instrumento para calmar
tanta soledad y tanta amargura que caminaba a su alrededor. El violín habrá
sido su nexo con la vida, con ese hilo que a pesar de todo nunca se quiere
cortar y da a la raza humana la posibilidad de sobrevivencia, aún en los
momentos más oscuros y dramáticos de nuestra existencia.
A continuación,
además de invitarlos a visitar el museo, ilustraremos este texto con otras
fotos de esa muestra y algunos de los testimonios dados por los alumnos/as
luego de salir del Museo.
Aldana: Me dio mucha tristeza por todas las personas que estuvieron en los campos de concentración ya que no era justo que le pasen cosas tan terribles, es decir, que no merecían haber sido maltratadas y asesinadas. Las imágenes eran muy fuertes porque describían perfectamente el dolor de las personas que sufrían tanto y de la manera que vivían. Me gusto haber hecho esa excursión al museo porque me dejó mucho en que pensar y me hizo reflexionar.
Juan
F: Me hizo reflexionar a cerca de todo lo que pasó en aquella
época del nazismo contra los judíos. Me hizo ver cómo vivían, cómo estaban, qué
les hacían y te hace reflexionar mucho en contra del racismo contra estas
personas. Me gustó mucho ya que vi cosas que nunca las había visto. Sentí temor
por ver a la gente como vivía, en su estado, hambrientos, en la calle. Sentí
frío al verlos sin ropa, sin abrigos y sentí fuerza por verlos quererse ayudar
el uno al otro.
Manuel: La visita al museo del Holocausto me hizo dar cuenta
de todo el dolor, el sufrimiento y la angustia que les hicieron pasar a todas
las comunidades judías, me dio mucha tristeza como destrozaron a tantas
familias y la crueldad de los nazis a ser capaces de hacer algo así. Pero al
final me dio felicidad que tantas personas que no tenían nada que ver con los
judíos, las ayudaban y arriesgaban su vida para hacerlo. Esto demuestra que
poniendo corazón, coraje y valor se pueden hacer grandes cosas y espero que nunca
más se vuelva a cometer una atrocidad así.
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